Cuenta la leyenda..
Un buen amigo mío hablaba de manera incesante sobre un lugar de ricas hamburguesas y deliciosos postres. Pensé que exageraba y no le hice mayor caso al comentario, pues en mi experiencia, hay muchos lugares que son puro “hype”. Pasó el tiempo y seguía insistiendo en el tema: “debes probarlas”, “tienes que ir a probarlas” y no solo él, su esposa también se unió a la campaña para convencerme haciendo una descripción minuciosa del postre que allí se había comido. Un amigo en común intervino ese día en la conversa y quedaron hablando de la hamburguesa a la que no tuve más remedio que apodar “la mítica” pues para mí, era solo eso, un mito. Es más, aún no conocía el nombre del legendario local y mucho menos sabía dónde quedaba.
Varios, quizás bastantes días después, tuvo lugar el feliz suceso: mis amigos consiguieron llevarme a almorzar a Miranda Bakery, el hogar de la tan afamada hamburguesa.
El Arribo
Está ubicado en San Francisco, en la calle detrás de Auto Star (la gente de la Mercedes Benz en Calle 50) y llegar al lugar fue fácil, estacionarse no. Miranda Bakery tiene buen espacio para estacionamiento, pero el lugar estaba lleno. Pequeño inconveniente, buen indicio. Un rato después, conseguimos entrar. La gente estaba alegre y se miraban los unos a los otros al dar cucharada tras cucharada a los postres. Tenían buen aspecto, de hecho, ¡muy buen aspecto!
Lo primero que me pregunté al entrar fue: ¿por qué una panadería hace hamburguesas? A mí definitivamente no se me habría ocurrido esta combinación pero les aseguro que es simplemente genial, ya que de esta forma el pan está siempre fresco y el postre asegurado.
El Menú
Ya sentados en la mesa, me dispuse a ver el menú. La lista de opciones es corta. No hay páginas y páginas de donde elegir, pero sí una buena variedad de emparedados para todos los gustos. Las opciones radican entre las distintas variantes de proteínas: carne, pollo, tuna y también distintos quesos y vegetales encurtidos.
Y como guarnición tienen varias opciones de ensaladas, las papas fritas tradicionales o los riquísimos gajos de camote con miel y romero (YES!). Con solo leer el menú, ya me estaba gustando el lugar.
“La Mítica”
Como buen comensal me fui por la clásica, o más bien “la mítica” hamburguesa. Su nombre es “La Americana Burger con Huevo”. No pueden imaginarse todos los giros que dio mi mente, simulando las distintas combinaciones de sabor provenientes de tal mezcla y todo esto sin olvidar el camote dulce como acompañamiento. ÉXITO.
Tenía en mente algo así como “steak & eggs”, pero ninguna de mis ideas preconcebidas pudieron prepararme para lo que vendría. Es más, para qué les cuento, mejor les muestro:
Así se ve y sabe aún mejor, ¡MUCHÍSIMO MEJOR! Ese pequeño chorro de suave yema caliente cayendo por ese jugoso pedazo carne, coronado con cebollas encurtidas y queso… ufff un manjar de dioses.
¡Ah! y claro, no podía faltar, el obligatorio postre. Encontré sin duda alguna, cuál sería el mío: Tres Leches con Miel de Caña. No podía creer que existiese tal postre, pero sí, es real. Felicidad en cada bocado. Amigos diabéticos: ¡peligro!, aléjense de este postre. Al resto, añadan un café completamente negro para acompañar.
Después de esta primera experiencia en Miranda Bakery, he retornado con cierta frecuencia, y cada vez que entro salgo con un par de libras extra. Nada que no puedan remediar unos cuantos kilómetros o más bien millas corriendo. Gajes del oficio como dicen por ahí.
Fue en una de esas visitas cuando decidí escabullirme por la cocina y descubrir algunos de sus secretos que hoy comparto con todos ustedes.
La historia del sótano
Entrar a la cocina de Miranda es toda una experiencia. Un lugar sumamente ordenado y debidamente organizado. Las áreas de preparación de alimentos están bien definidas y equipadas acorde. Es raro ver este nivel de organización en un “Café”. El área de producción es mucho más grande que el área dedicada para los comensales.
Es de notar, que los dueños son chefs y no comerciantes de profesión. Para los panaderos es como si entraras a la fabrica de chocolate de Willy Wonka. ¡Todos los jugue…digo, herramientas están!
Otra característica que salta a la vista es la iluminación natural. Hay muchas ventanas que llenan de luz la cocina, dando una calidez necesaria, para contrarrestar el frío plata de los utensilios y muebles de cocina. Pregunté a Ana Cristina, a.k.a, Chef Pastelera graduada del prestigioso “Culinary Institute of America” de Miranda Bakery si había alguna razón detrás de la elección del lugar y me comentó que durante su práctica profesional en Estados Unidos, le tocó trabajar en la cocina de un hotel, ubicado prácticamente en el sótano: un lugar oscuro y algo “triste” y se dijo a sí misma que de tener una cocina, sería todo lo contrario. Buena decisión Ana, ¡te apoyamos en esa!
La “East India Company” y la Armada Británica
Siguiendo con en el recorrido, dirigido ahora por Jonathan, llegamos a la parte más grande de Miranda Bakery: la cocina. Aquí yacen las planchas, quemadores y “El Dragon”. ¿Recuerdan cuando mencioné que aquí tenían todos los juguetes y Willy Wonka? “El Dragon” sería en esta historia, el castillo de Lego que muchos soñamos pero no tuvimos, esa fortaleza decepticon de Scorponok o Fortress Maximus si eres Autobot fan, o el magnifico porta aviones de G.I. Joe.
“El Dragon” es de origen peruano y por el aspecto, funcionalidad y capacidad de cocción que posee, es el horno de panadería más poderoso que he visto. La imagen mental de un dragón echando fuego, pasó por mi mente mientras Jon (Jonathan Bito) me hablaba sobre el magnífico horno que tiene la capacidad de producir panes horneados a la perfección y rápido, sumamente rápido.
Jonathan es un hombre de muchos talentos. Egresado también del “Culinary Institute of America”, trabajó en el Bar Symon, del aquel entonces Iron Chef Michael Symon. Por cosas de la vida, llegó a Panamá a pasar un rato y finalmente a probar suerte. Justo antes de terminarse su estadía, fue contratado como chef en el Hotel Manrey, donde puso su firma en las famosas hamburguesas.
Uno de los talentos de Jon, aparte de crear deliciosas hamburguesas, es contar historias. Especialmente las referentes a su pasión: la cerveza. Mientras tomaba una buena cerveza negra al final del recorrido (¡gracias!), Jon me pregunta: ¿Sabes que significa IPA? Yo con una sonrisa de quién se la sabe todas, le digo: “Indian Pale Ale”, “muy bien” dice Jon, ¿sabes por que sé llama así? Ahí fue cuando achurré la sonrisa, pues no tenía idea.
El nombre de “Indian Pale Ale” tiene origen durante la ocupación Británica de India. En aquellos tiempos, la ropa, productos, víveres, incluyendo la cerveza eran transportados por la “East India Company”. Los viajes tardaban entre seis y ocho meses dependiendo del recorrido. En ese tiempo no había sistemas de refrigeración y los múltiples intentos de hacer llegar la cerveza en buenas condiciones eran en vano, hasta que probaron a cambiar la fórmula de la cerveza. Creando así la primera “IPA”, única cerveza hasta entonces probada, que resistía los embates y elevadas temperaturas propias del viaje.
Así es como queda bautizada: gracias al medio de transporte utilizado para llevarla a los soldados de la armada británica en la India.
La variedad y calidad de cervezas que presenta Miranda en su repertorio yace en el gusto y pasión por la cerveza de Jonathan.
Detalles, detalles y más detalle
Escuchando a Jonathan y Ana hablar, relatar sus historias, pude sentir que realmente aman lo que hacen. Muestra de esto son los libros que tienen en exhibición adornando el lugar, si prestas atención podrás notar que son libros famosos en sus respectivos temas: panadería, fermentación, café, entre otros.
Todas esas herramientas de precisión en la cocina y la organización de la misma, son una representación de la psiquis de Ana Cristina y Jonathan. Cuando hablas con ellos te das cuenta del nivel de conocimiento y atención al detalle que tienen en su preparación. Desde la elección de La Marzocco (máquina de expresso), pasando por el horno, a.k.a “El Dragon” es evidente el nivel de precisión en la ejecución de sus platos.
Los menús enmarcados de restaurantes famosos son un recuerdo e inspiración para la creación culinaria. Como ven, son fanáticos culinarios de corazón y de profesión. Siempre buscando como mejorar la experiencia del comensal en sus instalaciones.
Ese afán de mejora continua y atención a cada detalle, por insignificante que parezca, tiene como resultado, en nuestro paladar esa experiencia de ricura y sabor que caracteriza a Miranda Bakery, razón por la cual frecuento el lugar y les invito a darse el gusto. Hamburguesas, postres y cervezas artesanales ¿Necesitas más razones para conocer el lugar?