Era una noche como cualquier otra, cuando de repente vimos un post en Facebook que nos llamó poderosamente la atención sobre un lugar llamado “Aires de Chicá”. Hemos ido varías veces a Chicá, localizado en Campana, justo después de Capira, pero nunca habíamos escuchado de está área.
Decidimos hacer un par de llamadas a conocidos y concertamos una visita al día siguiente. Salimos bastante tarde (fue muy adrede, jejeje, quería captar un atardecer en Chicá, oh sí, Maquiavélico). Llegamos y entedímos por que no lo conocíamos, el acceso era bastante nuevo y es un área algo remota.
En la carretera a Chicá, encontré una vista que me llamo poderosamente la atención, por lo cual detuve el auto inmediatamente y hacer un par de fotos:
Llegar a Aires de Chicá, es fácil, una vez en el pueblo de Chicá, en la tienda del chinito (sí solo hay una y es ROJA), tomas a la izquierda, al llegar a la “Y”, doblas nuevamente a la izquierda y sigues recto. Recomiendo ir en un carro alto, preferible de doble tracción, por la carretera de toca, está algo suelta aún. Para los que conocen, es la vía que conecta a la carretera dirigida hacía Altos del María. Vas a encontrar un entrada a mano derecha, con unos arboles en forma peculiar a la entrada. Ojo, esto es propiedad privada y debes solicitar permiso para entrar.
El área es hermosa, de tipo montañosa y goza de una tremenda vista. Bastante fresco de día y frío de noche, como es característico de la montaña panameña en estas áreas. Finalmente, el atardecer:
Al regreso nos encontramos con una grata sorpresa, una amiga que tenía rato de no ver también estaba conociendo el área:
Quedamos conversando un rato, ¿Ustedes por aquí? ¡No puede ser! ¿Que hay de tu vida? ¿Cómo te va? preguntas obligatorias en un encuentro de amistades. Ya era bastante tarde, y el camino de regreso un toque largo, por lo cual partimos a casa.
El hambre ataca a los excursionistas. Nos disponemos a ubicar un lugar para llenar nuestros vacíos estómagos. Hace buen tiempo que tenía ganas de ir a un puesto en plena carretera: Los Arrieros. Realmente no es un puesto como tal, es bastante grande y tiene ratito de estar ahí, aumentando más mi curiosidad, añadamos el hecho de siempre estar de lleno a repleto, y las ganas de visitarlo aumenta exponencialmente.
La foto arriba, muestra el hambre del “crew”, no veíamos cuando comer, y esos ricos olores de grasita cayendo al carbón uff. Llego la comida al fin…¿Cumplía nuestras expectativas? ¡Completamente! Ahora, no es un lugar Gourmet, pero es comida tipo calle y tiene buen sabor, y sobre todo, cantidad, característica vital para puestos callejeros de comida que se respeten. Por unos $15-20 dólares, para 4 personas, con sodas y hasta pintas, muy, muy bueno. Para ser un paseo de último minuto, estuvo excelente.
